Flores Amarillas

El viernes salió un rato antes de la oficina. Estaba contento porque acababa de firmar un nuevo convenio para construir una torre de edificios en Caballito.
-Ojalá no vuelva a llover- pensó mirando al cielo que estaba cubierto de nubes.
Caminaba lentamente por Paraguay recordando viejos momentos. Al llegar a Florida dobló y encaró para la plaza.
En la esquina de Marcelo T. de Alvear y Florida, compró un ramo de fresias.
-Ese de ahí, el de las flores amarillas.
-Seguro que le van a gustar- dijo el vendedor, intentando comenzar una conversación.
-Espero les gusten- pensó y se fue caminando lentamente por San Martín, hacia el bajo.
Cuando llegó a Libertador se acercó hasta los bloques de mármol, pasó suavemente una mano abierta por uno de ellos, dejó las flores en el piso y se retiró respetuosamente hasta un banco cercano.
Se sentó silenciosamente apoyando los codos sobre sus rodillas y se largó a llorar tapandose la cara con las manos.
Lloraba pensando en aquellos que no tuvieron su suerte y no habían podido volver.
Lloraba pensando en sus amigos, que un día de hace 25 años atrás habían caído en un monte lejano, rodeados de flores amarillas.

1982 – 2007

25 años

Malvinas Argentinas

Los Inadaptados de Siempre

Una vez más, los que pagamos nuestra entrada y queremos disfrutar del espectáculo tenemos que soportar su presencia.
Siempre aparecen las mismas preguntas de las cuales no se obtienen respuestas: ¿Quién los dejo entrar?, ¿Quién los avala?
Ellos permanecen ahí creyéndose los dueños del espectáculo, haciéndose notar y ensuciando uno de los deportes más lindos del planeta.
Antes uno podía esperar encontrárselos en los partidos importantes, junto a los clubes “grandes”. Sin embargo, ahora están en todos los estadios, todos los días que hay partido y en todas las categorías.

Dígame una cosa señor Presidente de la Asociación del Fútbol Argentino, ¿Usted que es lo que hace para que este flagelo se aleje de las canchas?
Mientras los dirigentes, los jugadores, los periodistas y todo el mundo del fútbol en general, sigan mirando para otro lado, esto no parece que vaya a cambiar.

Señor Julio Grondona se lo pregunto directamente; ¿Cuándo vamos a sacar de las canchas argentinas a los imbéciles que se disfrazan de TARJETA DE CREDITO HUMANA?


Para aquellos quienes nunca vieron a uno de estos desubicados, les dejo la foto de sus primos hermanos.

Nuestra Argentina

15 Años
29 Muertos
Y No Hay Detenidos

Memoria

¿Te acordás de la inundación de Santa Fe?

Ésto fue ayer.

El Elegido

Hay 6.350 millones de personas en el mundo.
América tiene una población de 765.215.727 humanos.
En la más austral de las américas habitan alrededor de 354.258.352 homo sapiens.
Argentina cuenta con 36.260.130 habitantes aproximandamente.
Buenos Aires en su área metropolitana tiene viviendo a 12.046.799 almas.
¿Y justo a mí me tenía que cagar una paloma el día que iba a verte?

En concierto

Gustavo Cerati se presentó el sábado último en un recital gratuito organizado por el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires en Av. Figueroa Alcorta y La Pampa, con la espectacular asistencia de 150.000 personas que ovacionaron al artista durante 2 horas y media de buena música sin cortes.
Con su voz característica, Cerati brindó un excelente show, ameno para ser presenciado; la calidad del sonido permitió a la audiencia sentirse cómoda en cualquier lugar donde se encontrare, ya sea frente al escenario como a los costados del mismo.
El tiempo no pudo haber sido mejor, con el cielo regado de estrellas y una leve brisa que acompañaba el coro de voces del público; y aquellas que no todos conocían, eran simplemente disfrutadas en silencio. El ingreso y egreso al predio fue muy bueno. Es de rescatar el comportamiento de todos los asistentes antes, durante y luego del espectáculo.
En éstas circunstancias, Cerati brindó una variedad de su repertorio, tanto de su último disco, “Ahí vamos”, como de los anteriores, mechando canciones de la perpetua banda argentina Soda Stéreo para el placer de la memoria y la esperanza del regreso.
Dos momentos serán inolvidables: la presentación especial de Luis Alberto Spinetta, el flaco, que brindó homenaje al anfitrión con su presencia al cantar a dúo “Té para tres” y “Bajan”; luego, cuando el desperfecto más perfecto hizo que las luces no se enciendan por un problema eléctrico y Cerati se prestaba a entonar “Crímen”, el más exitoso de sus últimos cortes, todos los encendedores y los celulares iluminaron el corazón de aquellos que vivimos los ’80 y disfrutamos el presente de éste, tal vez, el mejor cantante del rock nacional y seguramente, uno de los más representativos. En concierto, quedó demostrado.

Extremistas en la derrota y en el éxito: ¿no vamos a aprender?

“Noticia de último momento: Cañas derrotó a Federer” anunciaba el cartel en letras mayúsculas del canal de noticias TN cuando mi zapping furioso se detuvo en una alegre pausa por el compatriota.
Claro, no era para menos; por un lado, el tenista Guillermo Cañas, cortó una racha consecutiva de su par suizo Roger Federer, y eliminó de ésta manera al número 1 del torneo de Indian Wells con un enérgico 7-5 y 6-2; por el otro, había defendido el récord de 46 victorias al hilo que poseía el emblemático Guillermo Vilas, el cual corría peligro si Federer avanzaba en el torneo.
Imaginaba los títulos de los periódicos de la mañana siguiente, con un argentino triunfante en la tapa, defensor de la historia del deporte nacional y demostrando que, una vez más, los argentinos somos mejores que todos... aunque el resto del mundo diga otra cosa.
Una vez en casa, le comenté a mi viejo: “¡qué me decís de Cañas!”. Pero lejos de obtener una respuesta fervorosa de un fanático del deporte en demostración del que sería un hecho histórico, me encontré con un: “pero si estaba lesionado el suizo...”.
¿Puede ser que siempre hay algo raro? ¿Podemos mentirnos tanto? ¿Es necesario dar la noticia del triunfo sin aclarar que el número 1, tal vez, quizás, en una de esas, no se encontraba en sus óptimas condiciones físicas?
Enseguida ingresé en las páginas on line de los diario y los titulares me generaban la duda. ¿Mi padre es un pesimista? No, allí abajo, una línea, el periodista especializado rezaba: “Federer pidió intervención del médico en dos oportunidades por molestias en uno de sus tobillos”, y punto. Sí “punto”; “esto no es importante señores”; “ganó Cañas y no me importa cómo”; “somos los mejores”.
Ahora, con todo esto, tengo que escribir una conclusión ¡Justo yo que venía minutos antes escuchando la radio del auto, criticando a Nora Perlé en su nocturno programa de radio por ser tan pesimista y decir que los argentinos siempre cometemos los mismos errores, y que nos olvidamos del pasado y que no valoramos todo aquello que alguna vez vivimos y disfrutamos!
¡Má sí! ¡Ganó Cañas! Y si el suizo se lesionó, que se embrome. ¡Qué me impora que estemos hablando de deporte y del espíritu deportivo! ¡Y para qué voy a destacar la caballerosidad del número 1 que en vez de retirarse de la cancha como pudo haberlo hecho, se quedó y jugó hasta el final! ¿Para qué?

Disculpe Las Molestias

Ya estamos todos de vuelta, pero la inspiración ha sido extraviada en uno de los tantos aeropuertos por donde pasamos.
Les rogamos sepan esperar unos días más que ya estamos trabajando en solucionar este pequeño inconveniente.
Desde ya, muchas gracias.